Alexandre, de 13 años, plantea una pregunta sobre biología al servicio de respuestas de Les P’tits Bateaux: la especialista Catherine Lenne explica por qué un corcho nunca podrá germinar y desvela las sorprendentes propiedades de este material vegetal que protege a los árboles como un auténtico escudo natural.

El corcho fascina por sus múltiples usos, desde tapones de botellas hasta aislamiento de viviendas. Pero, ¿se puede cultivar un alcornoque plantando un tapón? Catherine Lenne desvela los secretos de este material vegetal con propiedades sorprendentes.

Un tejido muerto que protege al árbol vivo
En primer lugar, hay que preguntarse qué es el corcho: «El corcho es la piel del árbol, es la piel de todos los árboles y no solo del alcornoque. Y esta corteza está muerta», explica la botánica. Esta característica fundamental explica por qué un corcho nunca germinará: «Por mucho que plantes un corcho en la tierra, nunca germinará, nunca crecerá, porque ya no hay nada vivo en ese corcho». Lejos de ser inútil, esta corteza muerta cumple funciones esenciales para el árbol. Catherine Lenne la compara con varias prendas protectoras a la vez: «Es una manta porque lo protege del frío. También es un boubou […] porque lo protege del calor. Es además un impermeable porque lo protege de la lluvia y de la deshidratación, del secado. Y, por último, es también su airbag, su coraza.» Esta estructura celular muerta y llena de aire convierte al corcho en un aislante térmico y acústico natural, lo que explica su uso en las botellas de vino, donde permite «un intercambio de aire no excesivo, pero suficiente, entre el exterior y el interior de la botella».
