Imagina una mañana: coges los zapatos, te agachas, metes primero un pie, sin saber siquiera cuál. Lo has hecho así durante años, siempre igual. Este discreto orden de ponerse los zapatos se presenta a veces como un reflejo de nuestra personalidad y estado de ánimo. Parece una tontería, pero si te quedas un momento, verás que este microhábito puede ser una pista sorprendentemente interesante sobre cómo actúas cuando nadie te ve.
Microhábitos, es decir, pequeños gestos con patrones fijos
En psicología conductual se habla de microhábitos, pequeñas acciones automáticas que repetimos casi a diario. Puede ser en qué bolsillo guardas las llaves, cómo sostienes el teléfono o, precisamente, si te pones primero el zapato derecho o el izquierdo. Con el tiempo, estos gestos pasan de ser «atentos y conscientes» a «automáticos».

Las investigaciones sobre los hábitos muestran que la consolidación de una nueva rutina puede llevar una media de unos 60 días (en diferentes proyectos se han obtenido valores de entre 59 y 66 días), pero la variación es enorme, desde unos pocos días hasta incluso varios cientos. Es importante destacar que las secuencias de movimientos, como ponerse los zapatos, son gestionadas por redes especializadas del cerebro (entre otras, los núcleos basales), que «toman el control» cuando hacemos algo por centésima vez. Por eso no tienes que pensar qué pie meter primero, simplemente lo haces.
Estos patrones automáticos pueden considerarse como firmas discretas: pequeñas, pero repetitivas. No lo dicen todo sobre nosotros, pero pueden sugerir sutilmente si en un momento dado nos sentimos más inclinados al orden y el control o a la espontaneidad y a dejarnos llevar por los sentimientos.
El lado derecho, el izquierdo y los hemisferios cerebrales: mitos, hechos y simbolismo
Una historia popular dice que el lado derecho es la acción y la lógica, y el izquierdo, las emociones y la intuición. A esto se le añade la abreviatura: hemisferio izquierdo = analista, hemisferio derecho = artista. Suena impresionante, pero la ciencia es mucho más cautelosa al respecto. El hecho es que el control del movimiento está en gran medida «cruzado»: el hemisferio derecho controla principalmente el lado izquierdo del cuerpo y viceversa. Por otro lado, funciones como el lenguaje, la imaginación o la planificación están dispersas y son compartidas por ambos hemisferios.
Por lo tanto, atribuir toda la lógica al hemisferio izquierdo y toda la creatividad al derecho es una simplificación considerable. Sin embargo, podemos utilizar esta simbología de una manera más «humana»: el lado derecho del cuerpo se asocia a menudo con la acción, la estructura y lo concreto, y el izquierdo con los sentimientos, la intuición y la sensibilidad. En este sentido, la elección de si el primer zapato es el derecho o el izquierdo se convierte en una interesante metáfora de cómo nos gusta empezar el día.
Tres patrones para ponerse los zapatos y sus posibles significados
Vale la pena distinguir dos cosas: la preferencia natural por un lado del cuerpo (mano dominante, pierna dominante) y la interpretación de la personalidad. Los metaanálisis en los que participaron más de 145 000 personas muestran que la preferencia por la «pierna dominante» se distribuye en la población: la mayoría tiene una preferencia dominante por la derecha, pero la preferencia por la izquierda o mixta afecta a entre una docena y aproximadamente una cuarta parte de las personas. Es un hecho. Lo que podemos deducir de ello desde el punto de vista psicológico es solo una delicada hipótesis, no un diagnóstico definitivo.

¿Qué puede significar el orden en el que te pones los zapatos?
En términos humanos: no es una prueba con un resultado del tipo «eres así o asá», sino más bien un reflejo aproximado del estado de ánimo y el estilo de actuación. Yo mismo me sorprendo sonriendo cuando veo cómo automáticamente voy a por un lado concreto; en realidad, es un pequeño comentario que surge de mi interior.
Cómo observar tu microhábito con los zapatos
En lugar de intentar recordar «cómo lo haces normalmente», es mejor observarte durante un momento aquí y ahora. Entonces verás rápidamente si tienes un patrón fijo o si cambias más el orden.
He notado algo interesante en mí mismo: cuando tengo un día lleno de tareas por delante y quiero «ponerme en modo acción», el zapato derecho casi siempre es el primero en salir.
Cuando el ritmo se ralentiza un poco, suelo empezar por el lado izquierdo, como si me diera una señal inconsciente: hoy puedo guiarme más por mi intuición que por la lista de tareas. Es una pequeña observación, pero dice mucho.
Cuando cambia un hábito: una señal silenciosa desde dentro
Los microhábitos suelen ser estables, por lo que su cambio repentino puede ser una indicación interesante. Si durante años siempre has empezado por el zapato derecho y, de repente, cada vez más a menudo empiezas por el izquierdo, puede significar que algo en tu forma de afrontar el día a día está cambiando ligeramente. Quizás estés experimentando con mayor libertad, quizás estés dejando de controlar tanto las cosas o quizás, simplemente, tus mañanas se hayan vuelto más tranquilas.
No se trata de juzgarlo ni de buscar un gran simbolismo en cada cambio de gesto. Se trata más bien de una curiosidad benévola: «¿qué es lo que predomina en mí ahora, la concreción y las tareas, o los sentimientos y la flexibilidad?». Una mañana no significa nada, pero la secuencia de muchos días puede mostrar una imagen sorprendentemente coherente.
Lo que queda en la mente: un pequeño ritual, una mayor comprensión de uno mismo
Por último, vale la pena decir con honestidad: el simple orden en que te pones los zapatos no describe toda tu personalidad. Es solo una de muchas señales. Pero precisamente por eso es ligera, sencilla y carente de patetismo: se puede considerar como una pequeña prueba diaria del estado de ánimo. ¿Hoy sales al mundo con tu lado más «derecho», el de la acción, o con tu lado «izquierdo», el de los sentimientos?
Para mí, lo más interesante de todo esto es lo mucho que se entrelazan el cuerpo y la mente. Un movimiento automático, meter el pie en el zapato y cerrar la puerta detrás de ti, y entre líneas se esconde un mapa de nuestras rutinas, elecciones y formas de reaccionar. Si gracias a estos pequeños detalles comprendemos un poco mejor nuestros propios micronávices, ya habremos dado un gran paso hacia una vida consciente. Y el resto, como siempre, lo completará la vida cotidiana.
