Los ocho países que controlan el planeta gracias al oro

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Clasificación de 2025 de los ocho países con mayores reservas de oro y análisis de su estrategia monetaria ante las tensiones financieras mundiales.

El oro físico en el centro del equilibrio monetario mundial

El año 2025 confirma una realidad que a menudo se subestima en los análisis macroeconómicos rápidos: el poder financiero de los Estados sigue basándose en un activo tangible, almacenable y universalmente reconocido. En un entorno marcado por la inflación persistente, la volatilidad de las divisas y el aumento de las tensiones geopolíticas, ocho países concentran por sí solos casi tres cuartas partes de las reservas de oro oficiales mundiales.

Esta elección estratégica no es fruto de una herencia inmutable. Refleja una lectura prudente de las fragilidades monetarias contemporáneas y la voluntad de conservar palancas autónomas frente a los ciclos económicos.

Estados Unidos: una base monetaria intacta a pesar de la deuda

Con 8133,46 toneladas registradas por el World Gold Council, Estados Unidos mantiene una ventaja considerable sobre el conjunto de sus socios y competidores. Desde hace varias décadas, Washington ha optado por no reducir estas reservas, ni siquiera en fases de expansión financiera.

Este volumen sirve de garantía implícita de la credibilidad del dólar, mientras que la deuda federal alcanza niveles sin precedentes. El oro actúa aquí como un estabilizador de la confianza, independientemente de los ajustes de la política monetaria.

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Europa consolida un bloque aurífero estructurante

Alemania, Italia y Francia a la cabeza

Alemania se mantiene en el segundo puesto mundial con algo más de 3350 toneladas. Esta posición refleja una cultura de rigor monetario profundamente arraigada en la gestión del Bundesbank.

Italia le sigue con unas 2451 toneladas, lo que confirma una línea presupuestaria prudente a pesar de su elevado endeudamiento.

Francia, con cerca de 2436 toneladas, mantiene una política de almacenamiento sin cambios desde hace varios años, lo que es señal de una continuidad estratégica asumida.

A escala de la zona euro, estos volúmenes constituyen una red de seguridad colectiva frente a los desequilibrios monetarios.

Rusia: el oro como palanca de resiliencia financiera

Rusia posee cerca de 2300 toneladas de oro, un nivel que se ha mantenido notablemente estable a pesar de las sanciones internacionales. Esta reserva ofrece a Moscú una capacidad de acción independiente de los circuitos financieros occidentales.

Privada parcialmente de ciertos mecanismos internacionales, la economía rusa se apoya en este activo para sostener sus intercambios y preservar su liquidez externa. El oro se convierte aquí en un instrumento silencioso de soberanía.

China: una acumulación progresiva y metódica

Con 2279,6 toneladas a finales de 2025, China se sitúa de forma duradera entre los principales poseedores mundiales. Pekín adopta una estrategia gradual, evitando anuncios espectaculares y reforzando regularmente sus reservas.

El objetivo sigue siendo claro: apoyar el auge del yuan en el comercio internacional y reducir la exposición a los activos denominados en dólares. Esta acumulación acompaña a una transformación más amplia de la arquitectura financiera china.

Suiza: continuidad y estabilidad monetaria

Suiza conserva alrededor de 1040 toneladas de oro, un nivel que se mantiene sin cambios desde hace varios años. Esta constancia ilustra un modelo basado en la prudencia, la neutralidad y la solidez del franco suizo.

En un sistema financiero internacional inestable, esta reserva refuerza la credibilidad de un centro bancario históricamente asociado a la seguridad del capital.

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India: reforzar la autonomía frente a las crisis externas

Con unas reservas de entre 876 y 880 toneladas, la India completa este selecto círculo. El Banco de la Reserva de la India aplica una política de acumulación destinada a proteger la economía nacional de las variaciones en los flujos de divisas.

En un país muy integrado en el comercio mundial, esta base aurífera respalda la estabilidad financiera a largo plazo.

El mensaje de los bancos centrales en 2025

Esta clasificación pone de relieve una orientación compartida por las grandes potencias económicas. Ante la fragilidad de las monedas fiduciarias y los experimentos digitales, los bancos centrales dan prioridad a un activo tangible, almacenado físicamente y desconectado de los sistemas de pago.

No buscan el rendimiento inmediato, sino la solidez estructural. El mantenimiento, o incluso el aumento, de las reservas de oro se inscribe en esta lógica de consolidación.