Las noches de invierno son frías y es muy tentador subir la calefacción de la habitación. Sin embargo, una temperatura excesiva resulta perjudicial para el sueño y la inmunidad. ¡Existen métodos más eficaces y menos costosos!
Un edredón especial para el invierno
El edredón transpirable y aislante, una prenda de cama indispensable para mantenerse caliente, es el aliado perfecto para unas noches tranquilas. Para equipar su cama o elegir mantas acogedoras y otros artículos de gran gramaje.
Con un relleno perfectamente distribuido, los edredones también regulan lahumedad de su ropa de cama. Se trata del nivel de humedad más adecuado para dormir sin dificultades ni riesgos para la salud: lo ideal es que se sitúe entre el 40 y el 60 %.
Por encima de los 18 °C en la habitación, existe un mayor riesgo de humedad debido a la transpiración natural durante el sueño.

La bolsa de agua caliente: una técnica antigua
Este objeto tradicional sigue siendo actual para calentar la cama a bajo coste.
De goma o tela, la bolsa de agua caliente se coloca entre las sábanas 15 minutos antes de acostarse.
El primer tipo de modelo se llena con agua caliente, pero no hirviendo, para evitar quemaduras.
El segundo alcanza la temperatura adecuada tras un breve paso de dos minutos por el microondas. Estas bolsas de agua caliente secas suelen contener huesos de cereza. El calor se difunde muy bien en ellas.
Una manta calefactora o eléctrica
Se trata de una simple colcha o manta que cuenta con una resistencia eléctrica.
Esta prenda de cama, de lana polar u otro material, se conecta a la red eléctrica. Un mando a distancia permite controlar el calor y este sistema lo difunde fácilmente. A menudo se utiliza para precalentar la cama y no durante toda la noche.
La temperatura interna del cuerpo debe bajar a 36 °C para que el sueño sea reparador. La potencia de una manta eléctrica para una cama doble oscila entre 60 y 160 vatios.

El cubrecolchón calefactable
Este elemento permite calentar la ropa de cama a la altura del colchón.
Colocado directamente sobre él, aumenta la temperatura en solo 20 o 30 minutos. El cubrecolchón también se puede colocar sobre la sábana bajera, justo debajo del edredón. Es compatible con cualquier colchón, ya sea de espuma, látex o viscoelástico.
Un cubrecolchón calefactor cumple mejor su función sobre ropa de cama de calidad. Para pasar una noche bien calentito, no es necesario dejar este equipo enchufado hasta la mañana siguiente. En cuanto el interior de la cama alcance la temperatura adecuada, es mejor apagarlo.
Una temperatura excesiva en la habitación puede debilitar sus defensas inmunitarias.
Al despertarse, también puede provocar dolores de cabeza, dolor de garganta y deshidratación.
Bajar o incluso apagar la calefacción de su habitación crea un ambiente más saludable en su espacio nocturno.
