Se acaba de hacer un importante descubrimiento en Turquía: un espejo de obsidiana de 8500 años de antigüedad, encontrado en el corazón de un antiguo pueblo neolítico. Una pieza de rara belleza, tallada en piedra volcánica, que abre una ventana extraordinaria a las prácticas, creencias e ingenio de las primeras comunidades de Anatolia.
En el corazón de Turquía, en Anatolia central, el yacimiento prehistórico de Can Hasan, ocupado hace casi nueve milenios, ofrece un descubrimiento excepcional. Un equipo de arqueólogos dirigido por el Dr. Adnan Baysal ha desenterrado un espejo de obsidiana de 8500 años de antigüedad, acompañado de varios objetos y herramientas decorados con motivos grabados. Este raro artefacto, tallado en una piedra volcánica de brillante pulido, pone de relieve los conocimientos técnicos neolíticos y revela el refinamiento técnico de las primeras comunidades de Anatolia.

Un yacimiento clave para comprender los inicios de las sociedades antiguas
Can Hasan es un conjunto de tells, colinas formadas por la acumulación de restos humanos a lo largo de generaciones. Cada capa narra una transformación: los últimos pueblos neolíticos, los inicios de las comunidades del Calcolítico, los primeros experimentos relacionados con los metales… Poco a poco, el yacimiento narra el lento nacimiento de sociedades más organizadas.
En este terreno cargado de historia, las excavaciones realizadas en la provincia de Karaman permiten afinar la comprensión de estas comunidades antiguas: cómo vivían, cómo se estructuraban y, sobre todo, cómo desarrollaban una artesanía cada vez más elaborada. En este contexto ya de por sí rico, los investigadores han descubierto un objeto que cambia nuestra perspectiva de los pueblos antiguos.
Un espejo de obsidiana tallado con una precisión extraordinaria
La campaña arqueológica dirigida por Adnan Baysal, especialista en prehistoria de la Universidad de Ankara, ha revelado un artefacto de una delicadeza excepcional: un espejo tallado en obsidiana. Esta roca volcánica, naturalmente brillante, ya era muy apreciada en el Neolítico. Su superficie oscura y su potencial de pulido la convertían en un material muy codiciado, utilizado tanto para herramientas cortantes como para objetos relacionados con los ritos.
Encontrado entre los restos de un yacimiento prehistórico, su presencia revela que los habitantes de Can Hasan no solo dominaban las herramientas cotidianas, sino que también fabricaban objetos de prestigio con un fuerte valor simbólico.
Fabricar un espejo con este material requería una gran destreza. La obsidiana debía tallarse cuidadosamente, modelarse y pulirse durante mucho tiempo con abrasivos hasta que fuera perfectamente reflectante. Por lo tanto, este tipo de objeto no era obra de un artesano corriente, sino de especialistas capaces de transformar la piedra en un auténtico instrumento simbólico.
Un objeto de esta calidad no era, por tanto, algo habitual. Podía utilizarse en rituales, acompañar cuidados médicos o marcar el prestigio de una persona. Otro detalle revelador: este espejo comparte características sorprendentes con los encontrados en Çatalhöyük, famoso yacimiento neolítico de Anatolia. Esto sugiere que se trataba de una técnica ampliamente compartida en la región.

Objetos grabados, reflejo de la técnica neolítica
Cerca del espejo, los arqueólogos también descubrieron puntas de flecha de obsidiana, algunas decoradas con motivos grabados. Los dibujos grabados no parecen ser simples adornos.
Según los especialistas, cada motivo podía expresar un estatus, una pertenencia o una función particular dentro de la comunidad. En otras palabras, estos objetos transmitían un mensaje, visible solo para aquellos que conocían el código.
